Siempre hemos gemido
- @Armand_vamp
- 9 nov 2017
- 2 Min. de lectura
Incluso en los arreboles después de darnos de golpes. Cuando me deias las verdades porque te dolía que no te diga mentiras. ¿Cómo estas? Hoy Santino me tiene ocupado, entre papeles te filtras con el anhelo de un oasis llamándome y yo, intentando estar en el mástil atado..pero no quiero luchar con quien tiene al reino de Poseidón en los ojos. Buenas Noches, Maestro Te envié algunas cartas y papeles que debes firmar, no me dilates mucho el tiempo de espera porque son necesarias tus firmas para poder comunicar algunas cosas a los otros Clanes. Tampoco demores mucho en enviarme esas fotos tuyas tan escaloriantemente hirvientes al celular ese que no entiendo, pero que cede a ti, como todo lo mío. Que resistencia mas grande la tuya cuando en las conversaciones por ese aparato te me pones tan dulce, esquivo.. y luego contra tu voluntad propia te despojas de todo adorno en las palabras. Adoro tus fotos, tienes los ojos preciosos y la mandibula mas …..varonil que he visto. Ojos rasgados por el arrebol de este lado del mundo, columna de cordillera y montañas, tan dorado como la escarcha que me dejas cuando tu lengua… Basta….. Solo queria saber de ti. NO entiendo porque me obligas a recurrir a las amenazas o a las exageraciones y no entiendo porque todo toma forma de tu alma, y porque termino por delinear con mis dedos tu firma cuando el papel me lo permite. Si pudiera lamería todo lo que dejas , como migas de pan me guían a través del bosque los retazos a ti. Y de pronto te veo en Manhattan sentado en algún café, con una victima de tu obsesión y hambre, y MALDITO me guiñas el ojo derecho y quisiera morirme en ese vaivén suave que dibuja nuevamente el trascurso del viento. Te odio tanto con otros al lado, te deseo tanto. Tanto que el anhelo es elástico y siempre ondulante. Basta… Decía que solo quiero saber de ti, puño al favor de la letra. Decía que estoy borracho ahora tras haberte bebido en el cuello de otro, con esa morbosa manera mía de dibujarte en otros rostros y con esa manera de regresar sediento a suplicarte que me hables, que me envíes la revisión de tus leyes, todo escaneado para mañana a las 6 de la tarde, cuando el sol llore. Dejaré de escribir o terminaré masturbando esta pobre carta y perderé toda exigencia y respeto por ti. No toques demasiado a tu próxima victima, piensa que a puñaladas sobre otro me arrancas el aire.

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